Cada día, aunque no somos conscientes, no paramos de consumir. Abrir el grifo, encender la luz, poner una lavadora, coger el autobús, etc. Todas esas acciones cotidianas provocan un impacto en mayor o menor medida en los animales y en el planeta. Intentar que nuestra forma de vivir y consumir sea responsable pasa por analizar cada cosa que hacemos e intentar marcarnos como objetivo introducir hábitos de consumo que, aunque supongan un esfuerzo inicial y una reducción de nuestras comodidades personales, son necesarios para comulgar con nuestra propia ética.
Comments (0)